Por experiencia, sé que estos individuos salen, normalmente, sin ningún tipo de castigo.
Por dos veces, las FOP han detenido a bandas de grafiteros, formadas por tres o catro personas, al menos, en nuestras instalaciones de preservación de material. Pero los mayores de edad, que son quienes los llevan al lugar de los hechos a menores, salen corriendo enseguida dejando dentro del recinto a los menores. Insisto, los han llevado allí los mayores, a muchos kilómetros de sus domicilios, sin conocimiento de sus padres o familiares.
Los menores, de 14 años, son eso: menores ante la ley.
Los policías nos indican que, ante nuevas pintadas, pasemos el rapport de fotos de firmas e imágenes de las grafitadas a una determinada dirección. Por nuestra parte sabemos que algunos de los descerebrados son los que suelen pintar los trenes de alguna conocida empresa privada de transporte ferroviario, por similitud de dibujos, frases, formas, etc.
No respetan nada, ni material histórico catalogado, ni paredes de piedra de edificios preservados, etc.
Estos días se ha publicado en los medios, que varias empresas ferroviarias (FGC, Metro, Tram, Renfe, Privadas, ...) han solicitado la modificación de la ley sobre este tipo de vandalismo en trenes e instalaciones ferroviarias, cuyo coste no es solamente económico (más de 60 millones de euros al año, en la restauración), sino ecológico, puesto que los botes de pintura a presión (esprays), tienen componentes de alta toxicidad, incluso gases propelentes ya prohibidos, y los disolventes que se usan para borrar o desfigurar la pintada también son de alto poder contaminante, por ser potentes disolventes. A todo esto habría que añadir los daños a instalaciones, y de violencia a personas como ya se ha demostrado.
Y en la malicia de estos, hace cosa de un año hicieron una pintada a un coche de viajeros, con rodillos y pintura de esmalte (!!!). El colmo.
Es de esperar que todas estas medidas que se solicitan a los legisladores, prosperen y se pongan en práctica.
Saludos
Tono