La preservación del patrimonio industrial es un asunto peliagudo. En realidad son edificios que en muchos casos no se construyen para ser preservados fuera de su uso original. Se primaba la funcionalidad sobre la estética, y muchos de ellos la estética la han adquirido como vestigio del pasado.
A las estaciones de ferrocarril las ha matado la corrupción y la construcción de estaciones de lineas de alta velocidad fuera de los núcleos urbanos en casos donde no hacía falta. Y por otra parte, la apuesta de este país por la alta velocidad frente al ferrocarril convencional.
Encontrar usos alternativos es difícil, ya que muchas estructuras se contruyeron con una premisas de diseño que son difíciles de readaptar. ¿Una nave esta pensada para ser un espacio cerrado calefactado? ¿Es viable proteger de la corrosión muchas estructuras metálicas a largo plazo?
Hay ejemplos como el museo de Orsay en París o la Estación de Príncipe Pío de Madrid, aunque son claramente una excepción.
Tampoco es una cuestión exclusiva de este país. En el lado asiático de Estambul la estación de Haydarpaşa lleva años en desuso y habrá que ver cual es el destino del edificio histórico. Era la terminal del Taurus Express que unía Estambul con Bagdad y Basora.
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