Para Jomafer: (perdón por el rollo que voy a soltar).
Vamos con los consejos fotográficos que me han pedido más arriba.
Vaya por delante que no conozco “en persona” ninguna de las tres cámaras citadas (Nikon D80, Canon 400D y Sony A200); pero vaya también por delante que llevo 25 años haciendo fotos; que he tenido unas 10 cámaras de película (en formatos APS, 35mm y 6x6) y 3 digitales (más una prestada); que tengo más de 12.000 diapositivas ordenadas y clasificadas y toneladas de fotos digitales (también ordenadas). Por eso, mi opinión no va a ser la de quien conoce aquellas cámaras, sino la de un aficionado con cierta experiencia.
La aparición de la fotografía digital supuso para mí dos cambios trascendentales:
-El primero, el que todo el mundo conoce, la inmediatez en el resultado, la posibilidad de disparar miles de fotos “gratis” y, por supuesto, la total integración con ese apéndice vital que nos ha salido que es el ordenador. La consecuencia de ese cambio es que, en cuanto tuve mi primera cámara digital en la mano (una modesta Olympus de 3 MB compacta –en la fotografía tradicional eran conocidas como de “visor de Galileo”–) me di cuenta de que la fotografía en película se había acabado para mí (insisto, en el nivel de aficionado en que me muevo).
-El segundo –y mucho más raro- fue que, en el momento que tuve esa cámara compacta en la mano, dije adiós también (al menos por ahora) a las cámaras reflex. Esto hay que explicarlo un poco. Hasta el cambio a lo digital (y desde 1990) utilizaba una Nikon FM2 que, para los que no lo sepan, es (creo) la única reflex dentro de un precio razonable (Leicas aparte) que es completamente mecánica, lo que significa que la pila sólo hace funcionar el fotómetro para indicarte qué velocidad y diafragma poner (a mano); todo lo demás no necesita pila, va por palancas, muelles, resortes, etc., lo que quiere decir que nunca te puedes quedar tirado sin pilas o baterías o por un problema electrónico. Yo la acompañaba de un objetivo bastante voluminoso (Tamron 35-105 f 2,8 fijo), en circunstancias normales y para viajes un poco más especiales, otro objetivo de 200mm, otro de 50mm, aros de extensión, pequeño trípode, filtros, etc. Eso hacía que en los viajes la cosa, como poco, era llevar una cámara grande y pesada del hombro y, a veces, la típica bolsa de fotógrafo, es decir, un muerto.
Sin embargo, con el cambio a la compacta digital, nada, la cámara en un bolsillo y a pasear.
La diferencia es tan sustancial que yo, que ya he probado las excelencias de las reflex digitales, sigo sin pensar en ellas y me mantengo en que mi próxima cámara seguirá siendo una compacta (¿Nikon P6000?).
Toda esta introducción viene a cuento de que me han pedido consejo de tres cámaras reflex, por lo que doy por supuesto que la persona que me pide el consejo:
-Ya ha tenido antes otras cámaras, por supuesto compactas y, a lo mejor, reflex.
-Se da cuenta de que llevar una reflex por el campo o la ciudad es totalmente distinto a llevar una compacta; por ejemplo: la tienes que llevar siempre colgando del cuello o del hombro o en la mano, que es peor; la cinta de la que cuelga se te engancha en ramas, picaportes, salientes, etc.; si no eres extremadamente cuidadoso (y si lo eres, también) se va a llevar golpecillos o golpetazos, lo que significa alto peligro de avería dado el material plástico con el que están hechas, sobre todo, los objetivos (que parecen de papel de fumar comparados con los antiguos manuales).
-Antepone a todos esos inconvenientes la excelente calidad de imagen que una cámara reflex genera, comparada con las compactas.
Se me olvidó decir que mi última cámara digital ha sido una Canon G7, que duerme el sueño de los justos después de un presupuesto de reparación de 270 euros, que no me cubre la garantía porque dicen que tiene un golpe (que es verdad, pero con el que la cámara estuvo año y medio funcionando e hizo más de 8000 fotografías). Un día de mayo no se quiso encender y hasta hoy: avería del circuito principal. Por 270 euros la va a arreglar su tía. Mi primera y última Canon. Ya sé que me va a pasar con cualquier marca, pero uno tiene su corazoncito.
Esto lo digo porque las averías en las reflex deben "doler" todavía más que en las compactas; porque se puede afirmar que no tienen solución barata. Por eso, a menos que uno sea muy cuidadoso, una reflex siempre es un poco más fácil de escoñarla que una compacta.
Por cierto, el sistema de los servicios oficiales es un poco mosqueante: 1º Te ofrecen una tarifa plana (que depende del valor de la cámara; creo que debe estar en torno a un tercio de su valor según tarifa oficial para España) que incluye presupuesto, reparación, piezas, mano de obra e IVA. Si le tienes mucha “querencia” a la cámara, compensa, dado el disparate que habitualmente supone cualquier tipo de reparación. 2º Si pides presupuesto y luego pasas de arreglarla, el propio servicio oficial te ofrece otra cámara equivalente con un pequeño descuento (lo que has pagado por el presupuesto; Canon = 29 euros en mayo/2008). En los cinco minutos que estuve en el servicio oficial de Madrid, vendieron por ese procedimiento dos cámaras e intentaron venderme a mí la tercera.
Desde que se murió mi Canon G7 me han prestado una Nikon D40 y por fin he podido probar una reflex digital (de las modestas). Conclusión: incómoda para moverse con ella por el campo, pero la calidad de las fotos INCOMPARABLE respecto de una compacta. No hay término de comparación en cuanto a definición, colores, luces, etc.
Total, a los consejos que me han pedido:
-La Canon y la Nikon son un poco antiguas (tienen casi dos años) para los parámetros con los que hoy nos movemos. La Sony tiene menos de un año.
-Frente a eso, Canon y Nikon son las dos marcas punteras y disponen de infinidad de objetivos, complementos y artilugios que se le pueden acoplar (como decían antes, una Nikon o una Canon es un “sistema”, en referencia al enorme conjunto de accesorios disponibles).
-Creo que ninguna de las tres tiene “previsualización”, es decir, que la foto hay que hacerla mirando por la ventanita, no por la pantalla trasera (los de las compactas no estamos muy habituados a eso, pero no es nada grave, te acostumbras facilmente; lo he comprobado con la Nikon D40).
-Mientras no se demuestre lo contrario, parece que en las reflex topes de gama Canon va un poco por delante de Nikon, aunque en las gamas medias, como de las que se piden consejo, la cosa está prácticamente empatada.
-Yo le daría importancia a que cuenten con sistema de limpieza del sensor, pero no sé cual de ellas cuenta con él.
-También le daría importancia -bastante- al precio.
Todo esto lo dice un “nikonista analógico” con una mala experiencia con Canon digital. Por eso, reconozco que tenga cierta querencia hacia lo Nikon, pero me parece que, en este caso, debe ser la más cara.
Como ves, no te he sido de mucha utilidad, pero qué se le va a hacer.
Finalizo: yo estoy pendiente de comprarme una cámara. Pese a que todo el mundo "serio" utiliza reflex, la mía va a ser una compacta que tenga función manual (fundamental para fotografiar trenes blancos como los nuestros); y, según me dé, puede ser la más barata que encuentre en las tiendas (por aquello de que si se me estropea me da menos rabia) o la última joya de Nikon, la P6000. Ya veré. A lo mejor me compro una castaña barata para mis vacaciones (septiembre) y dejo para Navidad la P6000 a ver cómo van las críticas.
Último consejo:
www.quesabesde.comUn saludo y otra vez perdón por el rollo.
Alfonso
cosasdetrenes