GM333 escribió:
Y yo también, Pacheco. Era todo un lujo poder disfrutar, como aficionado, de esos trenes tan variados y bonitos; y como viajero, la posibilidad de utilizarlos para ir a una gran ciudad, o al más pequeño pueblecito. Algo que hoy en día es poco menos que ciencia ficción.
Saludos
Asi es, el dulce encanto de poder bajar la ventanilla y recrearse en el paisaje, el espíritu de convivencia que se respiraba en estos departamentos donde solían surgir amistades de todo tipo (los móviles eran ciencia ficción) y como no, escuchar el rugido de los motores ALCO a plena potencia con las ventanillas abiertas en los meses veraniegos, aquellos añorados ómnibus . . . . con los que se podía llegar a todas partes, siempre permanecerán en mi memoria de fiel aficionado. Saludos alcófilos.