Yo veo dos condiciones ambientales, por así decirlo, que influyen en este tema, de las cuales es complicado desmarcarse.
La primera, ya comentada, el desconocimiento por parte de los jóvenes de cómo funcionaba el tren de antes, el que no han vivido y que para mí tiene más posibilidades de juego en espacios reducidos, que son los mayoritarios hoy en día. Sí se pueden ambientar maquetas en la época VI, pero no sé cuánto tiene de divertido parar-arrancar-parar, que es lo que básicamente hacen hoy los trenes de pasajeros. Por espacio, siempre se podrá acortar la realidad y hacer trenes de contenedores de seis vagones o AVES de cuatro coches, pero yo preguntaría a los jóvenes que aman la época actual si un AVE de cuatro coches les transmite la sensación real de un AVE de 12 coches. En nuestra época siempre podíamos justificar que nuestro expreso raquítico de tres coches era una rama de una ciudad medio olvidada.
La segunda, que creo que nadie ha nombrado, pero es mucho más importante que la primera, es que el
ocio en nuestra sociedad está enfocándose en el
disfrute PASIVO. Es decir, tengo tiempo libre... ¿Qué hago? NADA. Nada que no sea estar tumbado o sentado viendo Netflix, Prime, Disney +, HBO Max, solo o con amigos y, a ser posible, comiendo o cenando. Y quien dice viendo plataformas digitales, dice jugando a juegos de ordenador o consola en una pantalla sin levantarse del sofá o de la silla, viendo a influencers en el móvil o conversaciones de youtubers con millones de seguidores diarios.
Las únicas excepciones, digamos generalistas, cuando el ocio se aprovecha para escapar de la vida diaria a la naturaleza simplemente para recuperar un poco de cordura mental y respirar más sano haciendo un poco de ejercicio.
Aprovechar el tiempo libre para leer, formarse en hobbies que requieren actividad, como el modelismo, practicar... en definitiva, "mancharse las manos" se está reduciendo a pasos agigantados. Y creo que todos nos hemos dado cuenta a nada que hablamos de tiempo libre en nuestro entorno. El tiempo libre empleado en producir algo físico se muere como opción mayoritaria.
Podríamos debatir largo y tendido si esta obsesión con tenernos delante de una pantalla "en modo PASIVO" es deliberada o no, pero creo que es justo reconocer esta tendencia social, nada buena si se abusa de ella en mi opinión, que ha llegado para quedarse. Silenciosamente al principio, y más evidente desde hace cinco años amenaza con redefinir la actividad de la mayoría de la población en su tiempo libre. De hecho, si os fijáis en las conversaciones de los más jóvenes e incluso de vuestros amigos, ya lo está absorbiendo todo, como aquella monstruosa "Nada" de "La Historia Interminable" de Michael Ende.
Ante esta situación,
¿qué hacer? Bueno, en España solemos ir a remolque de otros países en métodos nuevos porque tendemos a ser conservadores hasta extremos insanos; lo más probable es que algunos modelistas se lamenten por la situación, lloren, se enfurruñen como niños de ocho años y digan... es que me pilla todo muy mayor, no me aclaro, no tengo interés en las redes sociales y blablaba. Mejor me quedo en mis cuarteles de invierno. Y, por supuesto, nada es obligatorio en un hobby.
Sin embargo, es curioso cómo personas admirables que son capaces de hacer obras de orfebrería con sus manos, programar, digitalizar locomotoras con funciones y sonidos increíbles, manejar y controlar servos, pics y decoders... quejándose de lo difícil que es algo mucho más sencillo.
Amigos, la época de la difusión de la afición por las pantallas ha llegado. Y
la forma de difundir el modelismo ferroviario y los trenes, más allá de los primeros trenes para bebés y niños de hasta seis años,
ya no está en catálogos de juguetería ni en anuncios de televisión generalista que casi nadie ve. Está en los teléfonos móviles, los canales de Youtube, los streamings en directo y podcasts de aficionados hablando de modelismo, de trenes, de explotación ferroviaria, de características de series de material motor y remolcado, de lo que sea.
Una industria tan avasalladora que crea estrellas de la nada y que se realimenta continuamente y moviliza a millones de personas con una fuerza y un ritmo impensable para cualquier afición "manual" ha impuesto un modo de tiempo libre y, sobre todo,
una forma de difusión del tiempo libre. Creo firmemente que dar la espalda a esos canales puede ser la muerte de la afición, cuando habría que rentabilizar al máximo sus posibilidades. Sólo difundiendo aficiones minoritarias como la nuestra usando estos mismos medios de difusión masiva podremos contrarrestar su efecto y, de hecho, revertirlo.
Por eso, en un tiempo en que los blogs comienzan a ser cosa del pasado, son fantásticas las iniciativas como el canal de youtube de
La estación de Zaraiche https://www.youtube.com/c/LaEstaci%C3%B3ndeZaraiche , el gran
Vicent Ferrer que sigue colgando sus videos de circulaciones de trenes en su maqueta en su canal de Youtube,
https://www.youtube.com/channel/UCy-K__1S4oPtWRShQC9cHWw , o
Santi con su maravilloso
Arlanzón https://www.youtube.com/channel/UCCb-fppkPvBJ0RVdvtt4_3A, sin olvidar a
Manuel Sánchez con su espléndida maqueta y sus videos tutoriales
https://www.youtube.com/channel/UCRHshfEJYNKKwTaalndAUNQ/featured o los más novedosos
Modelismo 2.0,
https://www.youtube.com/channel/UCtycBmS_NL4qYbxxj-XGp-g. (No recuerdo ahora si
Crazem tieen canal propio de Youtube).
Creo que el objetivo para las nuevas generaciones deben ser canales como los de el gran Martin, Marklin of Sweeden
https://www.youtube.com/user/marklinofsweden o el de Luke Towan
https://www.youtube.com/c/LukeTowan, uno con 100.000 seguidores, el otro con más de un millón.
No nos podemos llevar a engaño ya. ¿Son buenos? ¿Sí? ¿Hay gente por aquí tan buena? También. Pero lo interesante de su éxito es
el modo de difusión. Y parece que aquí somos todavía reacios a sumarnos a algo que no tiene vuelta atrás. Resumiendo:
Ya no se vende por la tele
Ya no se vende por catálogo
Se vende por la pantalla del móvilY no
se nos vende directamente, sino
atrayéndonos al tema que nos interesa por la forma en que nos lo cuentan.Despertemos al nuevo mundo, que vamos tarde, como Cenienta.
Saludos
Carrington, tarde hasta para leer los hilos
Al parecer, talibán de la explotación ferroviaria a escala. A pesar de eso, me gusta un buen plato de spaghetti. De los de verdad.