Los informes económicos pueden estar muy bien, económicamente hablando, pero la economía no es una ciencia; es un conjunto de ideas basadas en unas determinadas creencias con un determinado sesgo aplicadas para influir y controlar un mercado, que no hemos nacido ayer.
El problema de esos informes es que no parten de un buen servicio que se les supone a unas ciudades y pueblos grandes. ¿De qué sirve meter en un informe económico lo que cuesta la renovación de la línea y poner en la columna de enfrente los pasajeros actuales? De nada.
En cuanto a las estadísticas o estudios de usos futuros, es una lotería. A la que ya jugaban las compañías privadas cuando construyeron todas las líneas férreas en el siglo XIX.
Tú pon unos trenes a horarios útiles para desplazarse hacia y desde los centros comarcales (institutos, univerdades, centros de FP, centros fabriles o de industria secundaria o terciaria, polígonos industriales, etc.), luego mantenlos el tiempo suficiente para que la gente sepa de su existencia, combínalos con microbuses que acerquen a la población a las estaciones alejadas del núcelo poblacional, y luego haces un estudio sobre realidades.
Con la tecnología actual de posicionamiento GPS y otras, un microbús puede saber perfectamente a qué hora llegará el tren a la estación para establecer un enlace con las poblaciones alejadas en el que el tiempo de espera sea reducidísimo. La movilidad actual en líneas con trazados de hace un siglo no puede reducirse a "yo pongo un tren". Debe analizar la problemática de las comarcas por las que pasa y promover una solución global, a menudo con la implicación de varios medios de transporte.
No se quiere. Punto.
Saludos
Carrington, dándose cuenta de por qué todos estos lumbreras nunca han tenido negocio propio