Bueno, como suele pasar, ahora la culpa será del maquinista del mercancias; artículo en la prensa de Barcelona:
El tren descarrilado en Sant Boi circulaba con exceso de velocidad
El convoy de mercancías de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) que impactó contra el de pasajeros circulaba un 47% más rápido de lo permitido, según los registros de la caja negra
El tren de pasajeros accidentado se encuentra apartado en una vía de la estación de Sant Boi
El primer análisis de la caja negra del tren de mercancías descarrilado en Sant Boi apunta otro elemento fundamental para esclarecer las causas del accidente: el convoy circulaba un 47% más rápido de la velocidad máxima permitida en el tramo previo al lugar donde se produjo el choque con un tren de pasajeros de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC). Según fuentes cercanas a la investigación, los datos extraídos del sistema que registra todos los valores de la locomotora indican que el tren iba a 44 km/h por un tramo en el que regía una limitación temporal de velocidad a 30 km/h.
Este dato no quiere decir que el exceso de velocidad sea la causa directa del descarrilamiento que provocó la muerte del maquinista del tren que venía de cara. Todo accidente ferroviario suele ser la concatenación o coincidencia de diversos factores que acaban teniendo un trágico desenlace. En este caso, además de la velocidad, se estudia el mal estado de la vía, sobre el que habían advertido diversos maquinistas durante las últimas semanas.
FGC reconoce que actuó el 25 de marzo tras el aviso de un trabajador y atribuye la limitación temporal de velocidad a unas obras rutinarias de renovación del balasto entre las estaciones de Molí Nou y Sant Boi de Llobregat. En cambio, el sindicato de maquinistas Semaf relaciona la reducción de velocidad vigente en ese tramo a un defecto en la infraestructura.
Al margen de la velocidad y el estado de la infraestructura, la caja negra aporta un relato de los hechos que explica con detalle el siniestro. Según las mismas fuentes, el maquinista respondió a un primer aviso del sistema de seguridad instalado en las vías cuando pasó por la baliza que le advertía de un semáforo en ámbar, pero no lo hizo en el segundo, justo en el tramo del accidente. Al no pulsar el botón de reconocimiento, se activó el freno de emergencia del convoy de manera automática.
El freno de emergencia saltó automáticamente antes de la estación y una rueda se atascó en el cambio de agujas
Esa maniobra en una curva provocó el descarrilamiento de uno de los vagones pero sin llegar a hacer todavía que cayese en la vía contraria por donde circulaba el tren de pasajeros. De hecho, los dos maquinistas que iban a bordo de la locomotora diésel al frente de los vagones cargados de potasa no repararon en ello ya que el desplazamiento de los ejes fue mínimo.
El vuelco del vagón propiamente dicho se produjo unos instantes después, cuando el maquinista trató de retomar la marcha. El análisis de la caja negra y la recogida de datos sobre el terreno apuntan a que una de las ruedas quedó atascada en la diagonal de un cambio de agujas que se encuentra justo en el lugar donde quedó parado el vagón al frenar de emergencia. Al volver a ponerse en circulación, como la rueda se encontraba anclada, en lugar de encaminarse por el raíl correspondiente, se desvió aún más y provocó la fatal caída lateral del vagón.
La investigación apunta en esa secuencia de los hechos otra irregularidad, ya que el maquinista debería haberse puesto en contacto con el centro de control tras el frenado de emergencia. No lo hizo y trató de seguir la marcha sin informar.
Todos estos datos forman parte de las tres investigaciones que hay ahora mismo en marcha. Una de ellas está en manos del juzgado de instrucción 5 de Sant Boi, otra va a cargo de Inspección de Trabajo y una tercera la está realizando la propia empresa pública.
Por cierto, el exceso de velocidad era, si fuera así, de 44 km/h en lugar de 30 como puede leerse en el artículo. En mi ignorancia ferroviaria, podría eso justificar el accisente?
Salut!
Cada día hay algo nuevo que aprender.
Salut i peles!