Los nuevemiles, ochomiles y demás coches Grandes Líneas fueron una constante de las vías más allá de la 8. Siempre los recuerdo allí hasta el final de la existencia de la estación.
Los últimos días apenas quedaban, pero ahí queda el testimonio de su presencia. Todavía con los colores Grandes Líneas en una época en la que el Pantone era ya predominante en el material.